La inmovilidad social se acentúa como consecuencia de la pandemia, que agrava además la vulnerabilidad de personas con ingresos medios
El ascensor social renquea en Navarra. Funciona todavía, pero los datos apuntan a que lo hace con bastante lentitud. Lo ha detectado el Observatorio de la Realidad Social de Navarra, quien apunta en un informe reciente a que la opción más probable para las personas pobres es seguir siendo pobres una vez transcurridos cinco o seis años. Incluso en un entorno de crecimiento económico y de creación de empleo como el vivido tras la crisis de 2008-2013.
De hecho, casi el 60% de las personas que figuraban en el último escalón del nivel de ingresos en 2014, no había conseguido mejorar sustancialmente situación cuando estalló la pandemia. Junto a ello, alrededor de un 40% consiguió escalar y ubicarse en lo que se consideraría clase media, un concepto en cualquier caso muy elástico, y en el que las estadísticas oficiales integran situaciones personales, y salariales muy diversas. Clase media es, a efectos de esta clasificación, quienes ganan 1.200 euros al mes pero también quienes llegan a 2.800.