La comunidad foral crecerá a un ritmo de un 1% y alcanzará los 763.000 habitantes en 15 años gracias al saldo migratorio positivo según el Nastat, con Pamplona y Tudela como las zonas que mayor aumento experimentarán
Lejos de perder población, Navarra ganará habitantes a lo largo de los próximos años y en contra de la tendencia registrada en otras comunidades autónomas de España. En concreto, según la proyección realizada por el Instituto Navarro de Estadística (NASTAT) en base a las tendencias observadas en los últimos 15 años, la comunidad foral crecerá a un ritmo de un 1% y alcanzará los 763.000 habitantes en 2035, con 102.000 personas más que en la actualidad. Esta tendencia de la curva poblacional, que salvo los años de la crisis ha venido siendo ascendente, responde fundamentalmente a un saldo migratorio positivo, que arroja una aportación anual media de 7.000 habitantes nacidos fuera del territorio. Al mismo tiempo, la tasa de natalidad de las mujeres extranjeras, ligeramente por encima de las de nacionalidad española, contribuirá a recuperar el saldo natural positivo. En paralelo, la edad media de la población residente en Navarra seguirá aumentando y pasará de los 42,8 años en 2020 a los 44,1 en 2035.
Las estimaciones estadísticas que recoge el Nastat en su Estudio de Proyecciones de Población 2021-2023 en Navarra incluye el impacto de la pandemia que comenzó en 2020 sobre la media de esperanza de vida, al contemplar un exceso de mortalidad del 21%. De esta forma, un varón nacido en 2020 en la comunidad foral puede esperar vivir 81,3 años y una mujer 86,2, lo que supone un descenso de la esperanza de vida de 0,4 años y 0,6 años respectivamente. Con todo, la hipótesis manejada por el centro de estadística es la de un incremento de los años de vida que cabe esperar, aunque algo menor que si no hubiera estallado la pandemia. En concreto, los hombres podrían esperar vivir hasta los 83,5 años y las mujeres 87,1 años al término de 2034, cuando en ausencia del Sars-Cov-2 esta subida habría alcanzado los 84,2 y 87,7, respectivamente. No obstante, según recoge el estudio esta ralentización en las ganancias en esperanza de vida se llevan produciendo en los últimos diez años y al margen de los efectos de la pandemia. Así, desde 2010 el aumento de los años de vida que cabría esperar sigue una senda descendente, a la vez que se estrecha la brecha entre hombres y mujeres. De forma que lo varones han ido ganando años a más velocidad que las mujeres y la diferencia entre ambos ha pasado de un promedio de 6,9 años en la década de 1990, a los 6,5 años en la primera década del S.XXI y de 5,4 años entre 2010 y 2020.